9 de agosto de 2013

Di NO a las Dietas "Milagro"

Es cuando llega la época estival, cuando nos proponemos frenética y concienzudamente, perder esos kilos que se ocultaban bajo los pantalones, jerséis y abrigos. También es cierto, que hay más de uno que sabe de esta preocupación y la aprovecha para lanzar en avalancha una infinidad de propuestas “milagrosas” para que alcancemos ese objetivo.

¿Qué puede hacer uno ante la desesperación? ¿Exasperar? Sí, además tienen que ser “milagrosas” ciertamente, ¿no? Siempre van ligadas a una imagen perfecta, sin celulitis, sin abdomen, mujer 10 elevada a la máxima expresión. ¡Pues eso es! La máxima (por lo que nos puede costar), expresión de la exasperación.

Parece que tenemos vinculado el concepto “dieta” a restricción, prohibición. Dieta es precisamente lo contrario. Es todos y cada uno de los alimentos que ingerimos formando hábitos y comportamientos nutricionales y por tanto, el estilo de vida que nos define. Dieta, del término griego “díata”, significa “modo de vida”. Ya sabemos que dieta no es sinónimo de prohibido comer.

Ahora nos toca aprender que es una Dieta Personalizada. ¡Fácil!

Se trata de modificar esos hábitos de alimentación que no están dando resultados satisfactorios y lo más importante,  que nos ponen en riesgo de sufrir patologías asociadas a una mala alimentación tales como, diabetes tipo 2, colesterol, hipertensión arterial, problemas en articulaciones, huesos, sin olvidarnos de la depresión e incluso la ansiedad.
Combinaremos los alimentos adecuados con una actividad física regular (siempre acorde con las características y gustos personales) y por supuesto, esfuerzo, lo contrario sería mentir.

Vamos a darle a nuestro organismo lo que necesita, en las cantidades que lo necesita para mantenerlo o recuperar la salud, atendiendo a una filosofía de vida sólida y no a modas.


Igual de importante es realizar una valoración pormenorizada para conocer o descartar algún tipo de patología, especialmente si se ve afectado el metabolismo del riñón o del hígado. Una analítica sanguínea general resulta necesaria antes de comenzar cualquier dieta.