14 de agosto de 2013

Algunos Mitos en Nutrición y Dietética

Despejemos algunos mitos que van pasando de generación a generación con tanta fuerza como nos gustaría que se pasarán los buenos hábitos.


La Sal NO engorda.                                                                                                        

La sal, nombre común del cloruro sódico, no posee calorías, por tanto, no engorda. El sodio es necesario para el organismo ya que mantiene el equilibrio de fluidos, ayuda a la transmisión de los impulsos nerviosos y a la contracción y relajación de los músculos, pero debe tomarse en pequeñas cantidades. ¿Por qué? Pues son los riñones los encargados de regular los niveles de sodio en el cuerpo, y son capaces de eliminar por la orina hasta una cantidad de sodio. Pero si los niveles son demasiado altos, los riñones no tienen capacidad para eliminar todo lo que sobra y entonces empieza a acumularse en la sangre. Esto nos llevaría a la consabida retención de líquidos y a un incremento de la presión sanguínea.

La Margarina NO engorda menos que la mantequilla.

Ambas son similares en cantidades de calorías y grasas. La mantequilla contiene grasas de origen animal, un 15-20% de agua y un 80-85% de grasas (saturadas). Aunque se puede obtener de distintas especies, la más habitual es la leche de vaca.
La margarina es de origen vegetal (poliinsaturadas). Grasas vegetales sometidas a procedimientos industriales como la hidrogenación y la transesterificación, de los que se obtiene una grasa sólida a partir de una líquida, por ejemplo, de un aceite de semilla.

El Pan NO engorda mucho.

El pan no tiene tantas calorías como se cree ni engorda tanto. Por supuesto que tiene calorías, pero también  tiene la ventaja de facilitar la saciedad y generalmente es sumamente nutritivo. Tampoco la miga de pan engorda más, todo es pan, elaborada con los mismos ingredientes. Un poquito para empujar en cada comida.

El Pan integral NO es menos calórico que el blanco.

Ambos poseen la misma cantidad de calorías. La diferencia radica en que el pan integral contiene más fibra y facilita más la saciedad.

Eliminar una de las comidas No ayuda a adelgazar.

Eliminar una comida no es la solución. Produce más ansiedad y es posible que lleguemos a la comida siguiente con más hambre y, por tanto, ingiramos más cantidad de comida. La ingesta excesiva en una comida engorda bastante más que si repartimos esa misma cantidad en dos o más comidas.

Se pude tomar agua durante las comidas.

El agua no tiene calorías, se puede tomar cuando lo deseemos. Ni engorda ni adelgaza.

Con la edad NO se aumenta de peso.

No es el hecho de hacerse mayor el que provoca el aumento de peso. Lo que puede suceder es que con la madurez cambie la distribución de la grasa corporal. También hay cambios en el estilo de vida (mayor sedentarismo), obteniendo como resultado un aumento de peso.

Retener muchos líquidos NO influye en un mayor peso.

El sobrepeso como la obesidad, se produce por un exceso de grasa corporal y no de agua. Así que aunque padezcas retención de líquidos, ello no provoca ni interfiere en que tu peso sea mayor o no.

Tomar diuréticos o laxantes NO ayuda a adelgazar.

Con los diuréticos se pierde líquido, no grasa. Volveremos a recuperarlos en cuanto bebamos agua. Los laxantes actúan a nivel de intestino grueso mientras que la absorción de nutrientes se realiza en el intestino delgado. Así que, con los laxantes se aumenta el volumen de las heces y facilita su tránsito, pero no elimina grasas.

Por supuesto existen muchos más Mitos.

Por ahora os dejo con estos y en próximas entregas destaparemos otros. Analizaremos cada alimento por su repercusión en nuestro organismo y también qué se habla de ellos.